diálogo interno

La importancia del diálogo interno

Desde que comencé a ejercer en esta profesión, cada vez tengo más claro que los principales problemas que se presentan entre las paredes de la consulta tienen su origen en un mismo punto: el diálogo interno.

Pero ¿Qué es exactamente el diálogo interno? Llamamos diálogo interno al conjunto de conversaciones con nosotrxs mismxs y a las emociones asociadas a estas tanto por la forma como por el contenido. En definitiva, se trata de todo aquello que nos decimos, esa voz con la que interactuamos día a día, la voz de tu propio YO.

¿Os habéis parado a reflexionar si en alguna ocasión habéis cuestionado a vuestra voz interior? ¿Habéis tenido la sensación de que durante un periodo de tiempo simplemente sois espectadores/esclavos de lo que nos dice nuestra propia cabeza?

Muchos de los problemas tratados en sesión (depresión, ansiedad, estrés, dificultades para mantener la atención, problemas de autoestima, trastornos de la conducta alimentaria…) guardan una estrecha relación con este concepto. Para los que trabajamos bajo la corriente cognitivo-conductual, tenemos claro que el poder del diálogo interno es tal, que la mayoría de veces es el máximo responsable de que seamos capaces de afrontar las adversidades que se presenten o nos dejemos hundir por ellas.

¿Por qué creemos que no podemos contestar a lo que nuestra voz interna nos dice?

Desde la infancia, la evidente falta de educación emocional y cognitiva nos ha hecho decantarnos por la idea de que somos lo que pensamos. Todo aquello que pase por el filtro de nuestro pensamiento, automáticamente pasará a formar parte de nuestra personalidad o nuestro estado anímico sin cuestionar si realmente nos representa o nos es útil.

Nuestros pensamientos y nuestros esquemas mentales, han sido construidos a lo largo de toda nuestra vida e influenciados por innumerables factores: estilos educacionales, experiencias importantes, comentarios imperecederos, errores que nos persiguen, éxitos que nos protegen… y un sinfín de condicionantes que han moldeado nuestra forma de pensar hasta llegar a la que tenemos actualmente.

¿Todo esto quiere decir que es irreversible cambiar nuestro diálogo interno por todo lo que nos ha influenciado a lo largo de nuestras vidas? ¿Cómo podemos descubrir si este diálogo interno está siendo nuestro peor enemigo o nuestro mayor aliado?

A menudo, cuando nos enfrentamos a una situación problemática y se mantiene en el tiempo, nos creemos que no estamos capacitados para encontrar la solución por nosotrxs mismxs y es por eso que acudimos a agentes externos para intentar remediarla (amigxs, familia, apoyo psicológico, …).

Evidentemente, la búsqueda de apoyo y diferentes perspectivas siempre nos ayuda a plantear el problema desde puntos diferentes al nuestro, pero ¿y si es el nuestro el que más nos puede ayudar? Y lo más importante ¿y si es el nuestro el que más nos está perjudicando?

diálogo interno

Cómo comprobar los pensamientos negativos propios

La mejor forma de comprobarlo es fomentar en nosotros mismos un pensamiento crítico que nos ayude a cuestionarnos si mantenemos un diálogo interno sano.

El objetivo real será conocernos aún más y mantener o añadir pensamientos que contribuyan a sanar esta relación y descartar aquellos pensamientos que, no solo están manteniendo el problema, sino que te están impidiendo quererte como es debido.

Para ello, os dejo por aquí algunas preguntas que os pueden ayudar a identificar si esta comunicación con nuestra voz interna está siendo sana o no:

  • ¿Estás siendo justx contigo mismx?
  • ¿Le hablarías así a una persona que quieres?
  • ¿Te estás culpabilizando por lo que te está pasando o lo que sientes?
  • ¿Todo lo que te dices te ayuda a buscar soluciones o mantiene el problema?
  • ¿Estás teniendo en cuenta todo aquello que no depende de ti?
  • ¿Qué te aconsejarías si tu problema lo tuviese alguien que te importa?
  • ¿Realmente nos representa eso que estamos pensando?
  • ¿Te atribuyes responsabilidades que no te pertenecen?

Espero que os haya sido de interés este artículo y no lo olvidéis, cada unx de vosotrxs sois las únicas personas que os vais a acompañar desde vuestro nacimiento hasta vuestro último día, no caigáis en el error de no acompañaros como os merecéis.