Ventajas y Desventajas del Pensamiento Positivo

Desde hace un tiempo cada vez está más de moda el tema del Pensamiento Positivo, y no es malo, de hecho, es beneficioso para la salud emocional aprender a poner trabajar “a nuestro favor” el cómo pensamos, el cómo podemos favorecer nuestro estado de ánimo y nuestra conducta a través de qué mensajes nos hace llegar nuestro diálogo interior, (eso de cómo nos hablamos a nosotros mismos).

A la vez, también es bueno aceptar que no todo puede ser, que las personas tenemos limitaciones. Limitaciones que nos indican que no todo es posible a pesar de frases: «Si tú quieres puedes».

No aceptar los límites que todos tenemos nos lleva al autoengaño y a la frustración.

Todavía es peor cuando lo proyectamos en los demás a través de pensamiento positivo, creando falsas expectativas que nuevamente llevan a la frustración y la culpabilización.

Pensemos en esos deportes en que se frustra a los niños por no jugar a un deporte como al padre le gustaría y no como el niño quiere o es capaz de hacerlo.

Estudiantes que no están capacitados para una determinada materia o para estudiar una carrera y se les insiste en su infancia y adolescencia: “Si tú quieres puedes hacerlo”.

Se mezclan muchos conceptos, pensamiento positivo, psicología positiva, optimismo, actitud frente a la vida, resiliencia, humor, frustración, proyección, expectativas… palabras para designar corrientes psicológicas o actitudes ante la vida que son descontextualizadas haciendo un flaco favor al pensamiento positivo.

Pienso que esa es la clave. El cómo se descontextualiza y se abstrae de un contexto y un tiempo una frase, un mensaje, una foto, una canción.

En el Gabinete de Psicología – Málaga, es algo que nuestro equipo de psicólogos plantea  a las personas que nos solicitan asesoramiento para acompañar a alguien en un mal momento, y  a la vez vemos el daño, el sufrimiento, que le causa a las personas que atraviesan un mal momento, ya sea por un duelo, una ruptura, un despido, una bajada del estado de ánimo, o un sinfín de situaciones el que alguien le suelte un “topicazo” creyendo que es positivismo o esperanzador, lo que sería un mal acompañamiento.

Porque las frases bonitas sin control están llenas de topicazos, convirtiéndose en palabras huecas, vacías.

“Verás como de esto algo bueno saldrá”, “Hay luz al final del túnel”,  “seguro que mañana te reirás de esto”, “sí tú quieres puedes”, “sé fuerte”, “hay gente peor que tú”,….podríamos llenar este post de frases que nos han dicho nuestros pacientes o a nosotros, en determinados momentos (malos) de nuestras vidas.

¿Recuerdas alguna situación parecida y cómo te sentiste?

Es importante tener en cuenta que cuando queremos acompañar a un familiar, a un amigo o a cualquier persona, esa persona tiene una circunstancia vital que le está haciendo sufrir, no necesita que le digamos algo obvio o algo para animar. La persona no quiere estar mal, en ese momento es como se siente, pero, seguro que prefería sonreír y disfrutar, objetivo que queremos ayudar a que consiga.

Posiblemente es “víctima” de la emoción por lo que esté sintiendo o pasando, y  si nosotros intentamos ayudar desde la razón solo conseguiremos aumentar su sensación de soledad y en algunos casos hacer que afloren sentimientos de culpabilidad, por falta de valía o hacer sentir mal a los que están a su alrededor.

¡Piensa en tus hijos!, ¡llevas mucho tiempo así!, ¡acabarás cansando a todos! …frases que posiblemente tenga la persona en su cabeza convertidas en pensamientos rumiativos que le hacen sentirse peor.

Y es que acompañar es muy difícil, es armarse de paciencia, de tiempo, de escuchar y saber cómo puedo ayudar a esa persona.

Pensemos en alguien que se ha roto una pierna y está en un sofá. No se nos ocurriría mandarle un mensaje diciendo: ¡Sal a correr, haz deporte y que te dé un poco el aire!, ¡Te sentirás mejor!

Trazando la analogía, alguien que lo que tiene roto es el ánimo no le va a ir bien que le digamos esos mensajes, o que le mandemos fotos con frases motivadoras, ya que no está en ese punto de encontrar el significado que queremos transmitir a un mensaje positivo, no es capaz, no lo ve y no lo va a entender.

Entonces, ¿Son buenos o malos este tipo de mensajes positivos?

Pues depende, depende que necesite la persona y en qué momento se encuentre. Habrá momentos en que el mal llamada “positivismo” será de gran ayuda porque es el momento de insuflar ánimo, y, habrá momentos en que caerán como una losa en la persona.

Como ejemplo podríamos poner una tienda de objetos con mensajes que tenemos en la estación de nuestra ciudad, Málaga.

Particularmente creo que son productos que no están mal, la mayoría de los días al pasar por ahí veo su escaparate y son mensajes que me hacen sonreír y potencian mis emociones. Algunas veces sin darme cuenta, solo viendo una imagen o leyendo un texto me sacan una sonrisa.

Pero a menudo pienso en esos mensajes, en cómo afectarán a las miles de personas que pasan por esa estación: “Sonríe, hoy va a ser un gran día”

Y es que no es lo mismo si vamos a coger un tren para unas vacaciones deseadas, ir a ver a la familia, la pareja… que si cogemos ese mismo tren y leemos ese mismo mensaje para ir a un entierro, un hospital o un trabajo que no nos gusta.

Creo que esa es la clave de los “mensajes positivos y motivadores”. Hay que saber cuándo,  dónde y con quién usarlos y no realizar una generalización a cualquier situación o cualquier persona.

Y es que, además del contexto, es importante conocer a la persona.

El acompañamiento es un regalo enorme que podemos hacer a alguien a quien queremos, como todos los regalos tenemos que saber qué le va a gustar a esa persona, no que me gustaría a mí que me regalasen.